Tengo por costumbre, cuando termina el año, recordar y permitirme hacer otra parada en el camino para reflexionar, valorar y celebrar para poner en valor todo lo vivido y, a la vez, como motor para empezar con muchas ganas el nuevo año. Las sesiones de competencias transversales que dinamicé en la Cruz Roja es una de las experiencias que quisiera compartiros.

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Para mí era un reto nuevo tener que facilitar talleres de cinco horas a un mismo grupo de personas durante 10 días consecutivos. Un reto motivador, ilusionante, pero también con incertidumbres y dudas ante el tiempo y espacio que tenía que compartir con un grupo muy heterogéneo, formado por personas con edades y nacionalidades diversas, y en una situación laboral sensible y complicada. Eso sí, con un objetivo común: encontrar un trabajo.

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¿Y cómo fue? En un inicio partíamos de un grupo que casi no se conocía, con reticencia a abrirse, inseguridades, timidez… A lo largo de las sesiones fue evolucionando. Fue un trabajo de todos, atreviéndose a participar, gracias al clima de fraternidad que se generó. Lo facilitó el hecho de que el aprendizaje giraba en torno a la conversación, la escucha activa, la empatía y el espíritu de equipo. Por ejemplo, fue muy emotivo y alentador palpar cómo una persona con mucha desconfianza hacia la gente y poca autoestima debido a la situación de exclusión social y laboral sufrida en los últimos años, se acababa integrando al grupo, disfrutando de cada momento, abrazando, sonriendo y reconociendo su potencial latente… ¡cómo me alegro!

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Creo que estas complicidades fueron clave para entrenar y mejorar de forma efectiva y dinámica las competencias necesarias: comunicación, orientación al cliente, orientación a los resultados, autocontrol, disposición al aprendizaje, organización y planificación, trabajo en equipo y autoconfianza. Todas ellas son importantes para desarrollar las funciones que requiere un operador en telemarketing. Partiendo de las habilidades iniciales de cada uno, las pusimos en juego no sólo con el objetivo de mejorarlas, sino también para compartir reflexiones, experiencias y emociones vividas.

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Las competencias trabajadas, como comentaron los participantes en el cierre del curso, les serán muy útiles tanto para desarrollar las tareas profesionales como para aplicarlas en otros ámbitos de la vida. Recuperar la confianza fue la clave para que cada uno tomara conciencia de su gran potencial y abriera así, el cajón de las habilidades para despertar y descongelar todo lo que llevaban dentro.

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La evolución, tanto a nivel grupal como individual, fue muy positiva. La diferencia entre el antes y el después del curso se percibía en la cohesión entre todos nosotros, la confianza mutua, las miradas, la generosidad y la convicción necesaria para permitirse mirar el presente y el futuro con ilusión y esperanza.

El grupo se divirtió y recreó, al tiempo que reflexionaba. Todos ellos y ellas tomaron conciencia de su potencial y, en definitiva, dieron un paso adelante. Lo que quizás no saben es que yo, como dinamizador, he crecido con ellos, también he dado un paso adelante y he tomado conciencia, una vez más, que caminando juntos se llega más lejos.

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Si queréis conocer más sobre nuestro trabajo en desarrollo de competencias clave y transversales, o que os acompañemos en vuestro camino, estaremos encantados de escucharos. Nos podéis contactar a través de info@el-despertador.com o al 649 291 907.

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Una crónica de Joan Canals,

psicólogo y formador,
colaborador de El despertador
en la línea de jóvenes y emprendeduría.