En las sesiones de coaching que realizo me encanta usar metáforas, y me gusta que sean estrambóticas, porque así no se olvidan nunca. Una que utilizo a menudo es el paralelismo (salvando diferencias) entre el proceso de buscar trabajo y el de buscar pareja.
Y esto cómo puede encajar? ¿Qué similitudes existen? Si me permitís os lo comparto.
A veces ante la pregunta: ‘¿qué tipo de trabajo estás buscando?’, la respuesta es: ‘lo que sea’. Bueno, es cierto que, si reflexionamos, esta respuesta no es verídica. Y qué pasa si la llevamos al terreno de la metáfora? Os imagináis empezar una relación con ‘quien sea’? No soy un experto en el amor pero creo que esta relación estaría abocada al fracaso (además de ser carne de cañón de un buen reality).
“Si queremos que nuestra “relación” laboral sea suficientemente estable
debemos enamorar y no seducir
Si seguimos explorando en la metáfora, ¿qué diferencia hay entre seducir y enamorar a la hora de encontrar trabajo? Personalmente, entiendo seducir como un objetivo a corto plazo y enamorar un propósito más a largo plazo. Si queremos que nuestra “relación” laboral sea suficientemente estable debemos enamorar y no seducir. Debemos ser auténticos y no “vender motos”, debemos recordar que nos contratarán por lo que somos no por lo que creemos que deberíamos ser. Al igual que en el amor, empezamos una relación por lo que somos; si no somos auténticos y sinceros difícilmente durará el amor y, por tanto, difícilmente perdurará la relación.
Alerta! Antes del inicio de una relación solemos tener aquellas primeras citas para averiguar si se trata de la persona ideal. Vamos, como un proceso de selección. Para llegar a esta primera cita y que nos hagan caso, utilizamos diferentes estrategias. Quizás envíamos un WhatsApp, o vamos directamente a hablar con la persona, o elegimos aquel contacto que hace de “celestina”, escribimos un e-mail, hacemos una llamada o usamos el actual y controvertido Tinder. En el mundo de la búsqueda de trabajo funciona igual: debemos escoger el canal que mejor nos funcione para conseguir que tengan en cuenta nuestra candidatura, como por ejemplo LinkedIn, correo electrónico, candidatura presencial, portales de empleo, contactos, etc.
Los expertos en selección siempre dicen que es recomendable personalizar las candidaturas en lugar de hacer candidaturas masivas impersonales. Del mismo modo que cuando queremos ligar -y no soy ningún “doctor amor” – no recomiendo entrar en un local y empezar a preguntar a todo el mundo directamente e indiscriminadamente: ‘Hola, tomamos una copa?’ Quizás funcionaría, pero seguro que preferimos preguntarle a la persona que nos gusta. Pues porque no hacemos lo mismo en un proceso de selección? Personalicemos el contacto!
“Al entrevistador también le interesa terminar el proceso
y encontrar a la persona ideal.
Por lo tanto, es un juego de enamoramiento
por parte de ambos
En ambos casos, para que la “relación” funcione, cada bando tiene que ofrecer lo mejor de sí mismo. Por tanto, en el caso del amor, en todas aquellas citas que nos interesen realmente procuraremos ofrecer la mejor versión, proponiendo planes de futuro y de crecimiento. Esta primera cita bien podría ser aquella primera entrevista. Hay que tener en cuenta que es una conversación, que los dos os estáis buscando. Sí, sí, los dos! Al entrevistador también le interesa terminar el proceso y encontrar la persona ideal. Por lo tanto, es un juego de enamoramiento por parte de ambos. Actuamos, pues, en esta entrevista como si fuera una cita, compartiendo y ofreciendo todo lo bueno que tenemos, buscamos el plan de futuro común, y si no tiene que ser es que no tiene que ser.
Es muy importante también no ser kamikazes a la hora de ofrecernos en una entrevista. En alguna ocasión, en mi etapa de seleccionador, me he encontrado que ante la pregunta ‘¿qué puede ofrecer el candidato a la empresa?’ me ofrecían una exposición de todo lo negativo acompañado de una pequeña justificación: ‘No sé hacer bien el trabajo, no hablo muy bien el inglés, no conozco el ámbito, pero tengo muchas ganas…’ Eh! No cuentes todo lo que te falta: ofrece todo tu talento disponible! Os imagináis que en la primera cita decimos: ‘Mira, ronco por las noches, me tiro pedos y tengo mal aliento, pero tengo muchas ganas de conocerte’. La otra persona tendrá motivos para salir por piernas!
“Tendremos niños o no? Gato o perro?
El brazo de gitano del domingo de crema o de nata?
O cuando un seleccionador nos hace esa pregunta de: ‘¿Por qué tendríamos que elegirte a ti y no a otro candidato?’ Y el candidato responde: ‘Pues… seguramente hay gente más preparada que yo, con más experiencia y que hable mejor que yo el inglés, pero tengo muchas ganas”. Volvemos a caer en la trampa, aprovecha y di todo lo bueno que tienes para ofrecer, no te centres en compararte con otro candidato remarcando tus debilidades. Volvemos a la cita. Imaginemos que conocemos a alguien y le decimos: “mira aquél o aquélla es más alto que yo, más simpático/a, más guapo/a y muy agradable, pero tengo muchas ganas de conocerte”. Yo me iría con otro/a!
Y aquí no acaba todo… ¿Qué pasa cuando todo acaba bien y nos dicen ‘eres tú y empiezas tal día’? Pues en este punto es muy importante, antes de entrar a trabajar el primer día, procurar aclararlo todo, resolver las dudas (excepto aquellos aspectos que seguro que no puedes conocer hasta que empiezas). Por tanto, previamente hablar y preguntar todo, todo! No puedes empezar e improvisar y ver qué tal, sinó ahí es cuando empiezan los malentendidos y ya tenemos la relación de los primeros días de trabajo enrarecida. En una relación de pareja es lo mismo, si todo va bien y finalmente la relación va a más y vamos a compartir la vida y vamos a vivir juntos hay unos aspectos que no se pueden dejar a la improvisación y se han de hablar. Tendremos niños o no? Gato o perro? El brazo de gitano del domingo de crema o de nata? El día de fútbol cenamos pizza o hamburguesa? Ninguna duda! Pues antes de empezar a trabajar en cualquier lugar a preguntar todo, que no quede ninguna duda que pueda nublar la futura relación.
Por tanto brillemos, ofrezcamos nuestro talento, enamoremos en el trabajo… y a nuestras parejas!
Jordi Esqué
Coach y orientador laboral,
responsable del *coaching laboral para jóvenes
en los Puntos de Información Juvenil de Barcelona
* servicio que ofrecemos en los Puntos de Información Juvenil de Barcelona y en Barcelona Activa
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