Articles

Buscar trabajo es un trabajo

CAT

Hay momentos en la vida en los que, como por arte de magia, parece que las cosas se alineen y el trabajo te caiga del cielo. A veces, sólo a veces, la suerte te acaricia y una oportunidad aparece sin haberla perseguido. Pero esto es una excepción. Y a menudo ni siquiera es tu trabajo, sino un trabajo cualquiera. Si realmente estás buscando ese lugar donde sentir que aportas, creces y encajas… esto no pasa solo. Es necesario pasar a la acción. Porque buscar trabajo es, de por sí, un trabajo.

¡Y no cualquier trabajo! Un trabajo que pide constancia, claridad, compromiso, estrategia y, sobre todo, mucha honestidad con uno/a mismo/a. El trabajo de buscar trabajo no comienza enviando currículums a raudales, ni revisando portales durante horas. Inicia antes: comienza dentro de ti. ¡El camino va de dentro hacia fuera!

En El despertador, hemos tenido la oportunidad de acompañar a personas muy diferentes en este proceso: desde estudiantes a punto de salir de la universidad, que se encuentran ante el vértigo de dar el salto al mundo laboral, a menudo sin saber muy bien por dónde empezar; pasando por personas que llevan años trabajando pero que, por rutina o por inercia, nunca se han parado a preguntarse si lo que hacen realmente les hace vibrar; o incluso personas en situación de desempleo de larga duración que, después de haber intentado muchas estrategias, deben volver a empezar, reaprender y mirar al mercado —ya sí mismas— con una nueva mirada. Entre otros muchos perfiles y pequeñas historias…

Todas ellas comparten un punto de partida: mirar hacia adentro. Entender que, antes de buscar afuera, es necesario saber quién eres: ¿qué es lo que te mueve? ¿Qué te hace ilusión, qué te conecta con una mayor causa que tú? ¿Qué te hace sentir útil? ¿Cuáles son tus fortalezas? ¿En qué destacas?

El trabajo de buscar trabajo no comienza enviando currículums a raudales, ni revisando portales durante horas. Inicia antes: comienza dentro de ti. ¡El camino va de dentro hacia fuera!

No se trata de tener todas sus respuestas. Pero sí empezar a hacerse buenas preguntas, preguntas despertadoras. ¿En qué me gustaría contribuir? ¿Qué habilidades tengo que pueden estar al servicio de mi causa? ¿Cuál es esa causa? ¿Qué tipo de retos me apasionan? ¿Con qué tipo de entorno siento que puedo vibrar? En ocasiones, sólo reformular una pregunta puede abrir una nueva perspectiva. Y aparece un mar de posibilidades.

Por eso trabajamos con herramientas que ayudan a las personas a identificar lo que ya tienen: habilidades, conocimientos, actitudes, maneras de hacer que quizás ni sabían que tenían o que daban por hechas. Cuando pones nombre a lo que se te da bien, te apropias de tu valor. Y sólo desde aquí puedes realmente empezar a ofrecerlo.

Porque éste es el siguiente paso: dejar de pedir trabajo, y empezar a ofrecer valor, tu valor. Cuando conectamos con esa abundancia podemos cambiar el relato.  No se trata de suplicar una oportunidad, sino poner a disposición del mundo tu talento. Cuando tú tienes claro lo que ofreces, te conviertes en una persona con una propuesta preparada para ser acogida por el mundo. Y esto se nota. Cuando enfocamos la búsqueda como una oportunidad para ofrecer lo que sabemos hacer, las conversaciones cambian. Tu actitud cambia. Y el entorno responde de otra forma.

Cuando tú tienes claro lo que ofreces, te conviertes en una persona con una propuesta preparada para ser acogida por el mundo.

A partir de aquí, el juego es encontrar ese espacio donde lo que ofreces encuentre un sitio para ser útil, un lugar donde brillar. Este espacio puede ser un trabajo por cuenta ajena, un proyecto propio, una colaboración, una comunidad… El encaje no siempre es inmediato, pero cuando llega, sientes que tiene sentido. Que lo que haces está alineado con quien eres, con lo que quieres hacer y con lo que puedes aportar. Se convierte en un camino, tu camino. Y en ocasiones nos encontramos con oportunidades intermedias, que nos ofrecen estabilidad hasta la auténtica oportunidad.

Y una vez lo encuentras, nada ha terminado. Al contrario: comienza una nueva etapa. Una etapa de crecimiento, integración, adaptación y aprendizaje. Entender cómo encajas con el equipo, cómo puedes aportar más, qué te falta para acabar de redondear tu perfil, cómo te relacionas con las nuevas dinámicas. El desarrollo profesional no es una meta fija, es un viaje continuo. Un proceso de observación, ajuste y transformación constante. El futuro requerirá perfiles líquidos, con una alta capacidad de creatividad y adaptación para generar nuevos atajos de tu camino.

Por todo ello, si estás buscando trabajo —o si estás buscando tu trabajo—, te animamos a dar un primer paso. Hoy mismo. No hace falta que sea una acción grande. Puede ser revisar tu currículum desde la mirada de tus competencias. Puede ser escribir tres cosas que se dan bien. O realizar una conversación honesta con alguien que te conoce. Lo que sea, pero haz algo. Porque sólo así te activas, dejas la rumiación, y activas el mecanismo: ¡si haces cosas, pasan cosas!

Buscar trabajo es un trabajo. Pero también puede ser una oportunidad para reconectar contigo mismo/a, para crecer y para dar valor a lo que eres. ¿Qué tal si en lugar de enviar el currículum de forma mecánica, te detienes un instante para mirarte y reconocer tu valor, para empezar verdaderamente a ofrecerte desde aquí?

Cuando esto ocurre, el mundo empieza a abrirse.

Deixa un comentari

L'adreça electrònica no es publicarà. Els camps necessaris estan marcats amb *