A mis 63 años he pasado por un punto de inflexión importante. Con la ayuda de El despertador aprendo a manejarla y sobre todo a reinterpretarme. Ahora soy yo la que llevo las riendas de mi vida, la que busco y encuentro la felicidad con lo que hago, con las personas que me rodeo…y, muy importante, aliñado con un toque de atrevimiento. Volver a vibrar tras esta vivencia, ¡es maravilloso!
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