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Diario de CONFI(n)AMIENTO: segunda parte

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Esta es la segunda parte del diario de confi(n)amiento donde compartimos pensamientos, reflexiones, pequeñas crónicas de un día a día no elegido, desde la vivencia individual de cada uno y cada una que formamos parte del equipo de El despertador.

Las páginas acogen miradas sobre nosotrxs y nuestro entorno, sobre la realidad que vivimos y descubrimos, palabras que nacen de nuestro espacio privado desde donde tejemos una cotidianidad diferente, adquirida, asimilada, adaptada y que vamos aprendiendo paso a paso.

El diario también tiene la voluntad de recoger tus vivencias, desde la autenticidad de lo que te pasa, de lo que sientes, lo que te cuesta nombrar, de lo que aprendes para seguir haciendo comunidad y acompañarnos en cada momento.

 

DÍA 20 DE CONFI(N)AMIENTO

Hoy sería el segundo día que estaría haciendo el Camino de Santiago. Finalmente, hace un mes me decidí a hacerlo, de Sarria a Santiago, sola. Tenía toda la información y justo cuando iba a comprar los billetes, aparece el Covid-19 en nuestras vidas. Ostras! Era una aventura que hacía tiempo que quería hacer y de golpe, ahora que lo hacía realidad, no podía ser.

Pero, hoy me doy cuenta de que estoy en mi camino particular. Todo lo que se explica del camino lo estoy aplicando en mi día a día. Gestionar la incertidumbre, estar atenta a las novedades y nuevos paisajes, tener relaciones presentes (en este caso con los míos), hacerme una hoja de ruta, dosificar mi energía y cuidarme, ir ligera de equipaje y quedarme con lo esencial (adaptación a la nueva situación laboral, por ejemplo), conectar con mi fuerza, terminar cada día cansada por la intensidad de todo, mil aprendizajes… Tal como dicen muchas personas que lo hacen, el camino era hacia dentro…

#mequedoencasa

Anna Soriano i Oliver, 1/abril 2020


DÍA 21 DE CONFI(N)AMIENTO

Ruido

Ruido, ruido y más ruido! Estoy un poco harto de todo el ruido que rodea el día a día, cansado ​​de los de un lado y de los del otro.

Cansado de aquellos que dicen que “mal todo”, aquellos que hacen de miembros de la Gestapo en el balcón, cansado de los que ven quejas en todo y ponen más palos en las ruedas de los que ya tiene la propia situación.

Y cansado también del exceso de comentarios positivos de “postureo” edulcorados. Cansado del exceso de la frase “todo irá bien” cuando tal vez no irá, cansado del exceso de compartir lo que es “guay” que vive todo el mundo en su confinamiento y que supuestamente es la gran oportunidad de su vida. Cansado de escuchar “resistiré” y otras canciones como lemas para ocultar todo lo que está pasando.

Vivo el presente: no estoy tan mal pero no sé como irá! Ah, por favor, no me adjuntéis a ninguna cadena de publicaciones ni retos!

Jordi Esqué i Forés, 2/abril 2020

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Tengo la sensación de que el mundo nos dice que paremos, pero yo no puedo hacerlo… teletrabajo a tope, organización de tareas domésticas, desayunos, comidas, cenas,… profesora de los niños (que ahora se ponen, y ahora ya no), el nombre de mama lo escucho 20 veces al día, pensamientos,… estoy agotada, y pienso: ¿cómo lo puedo hacer? Tengo que detenerme. ¿Por dónde empiezo? ¿Qué hago?

No estoy escuchando el mensaje que la naturaleza nos da…

Voy a dormir con la paranoia de no poder parar, aunque tengo claro que tengo que hacerlo. Cierro los ojos y pienso, mañana encontraré la solución.

Me despierto a medianoche, sudor frío, delirio, fiebre…

Ahora sí, no era como yo quería, pero, forzosamente tengo que parar.

Maricel Ruiz i Munné, 2/abril 2020


DÍA 22 DE CONFI(N)AMIENTO

Pensamiento confinado

Dicen que la soledad es la gran enfermedad del siglo XXI. Me pregunto si lo es precisamente porque tanto tiempo ocupado en producir, distraer y escapar ha hecho que nos olvidáramos de saber estar sol@s. ¿Cómo se cultiva la soledad en un contexto de confinamiento en la época de la disponibilidad virtual permanente? Retos dantescos para sostener: virus, enfermedad, contagio, miedo, incertidumbre, programaciones, hasta cuándo, salud, informaciones,miedo, impotencias, medidas, relaciones, familia, ocupaciones, ingresos, miedo. No hay nadie que pueda escapar, confinad@ en su soledad ante los interrogantes. Pero, ¿cómo se gestiona el reto más grande? La soledad, esa extraña presencia, inevitable y desconocida, que rehuyo entre caparazones y excusas. La puerta de salida y de entrada para ser sin saber. Mi abrazo rendido aquí.

Jordi Muñoz i Jovell, 3/abril 2020


DÍA 23 DE CONFI(N)AMIENTO

Dolores y duelos

Quería parar, hace tiempo que mi cuerpo pedía un paro técnico dentro de un proceso personal que estoy caminando. Postergué la decisión, pospuse este stop. Y ahora, en el contexto confinado, lejos de detenerme el trabajo aumenta y la tensión y el estrés también.

Hoy, especialmente, me siento más frágil. Hoy me cuesta todo. Hoy me cuestiono todo. El sentido, la fe, la esperanza, el dolor. Me llegan noticias de personas que lo están pasando muy mal. Mi corazón se rompe.

Pero no estoy más frágil que tenga la regla, estoy más frágil porque cuando tengo la regla emerge lo más auténtico de mí, lo más real y punzante, sin máscaras, sin expectativa. La naturaleza primitiva del proceso no entiende de cortesía socialmente aceptable. Cuando tengo la regla soy más yo que nunca y me escucho al máximo.

Elisabet Alguacil i Balién, 5/abril 2020

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Agradecimiento profundo

Tengo unos vecinos del bloque de pisos de enfrente que desde hace tres domingos, a la hora del vermut, sacan un altavoz al balcón y se ponen a cantar canciones que nos transportan a otros lugares. El resto de vecinos salimos al balcón y disfrutamos, se crea un complicidad entre todos mágica, y eso que no nos vemos, sólo nos escuchamos. Cada domingo me emociono. No sé si son conscientes de cómo nos acompañan y cómo hacen que todo sea un poco más ligero. Mil gracias!

A.S.O., 5/abril 2020


DÍA 24 DE CONFI(N)AMIENTO

Pensamiento confinado

Vivimos en una jaula de oro, y no nos damos cuenta. Tenemos recursos, conexiones, apoyos, hogares. Evidentemente que este virus y todo el sufrimiento que está azotando a miles de personas y familias, con sus muertes en soledad merecen un respeto y un pensamiento aparte. Así como a muchos confinamientos y situaciones que me duelen en lo más profundo. Pero no dejo de pensar en que estoy en la cara amable del mapa. En esa Europa de los privilegios, donde salimos cada día en titulares. He escuchado que este virus, al ser una pandemia mundial, nos iguala. Pero ¿realmente es así? Me pregunto cómo puede ser el impacto de una pandemia así en otras latitudes con otras condiciones sociales, económicas, sanitarias… Mientras tanto, otras “enfermedades”, innombrables apellidos en forma de barbarie, deshumanizadas consentidas y silenciadas se siguen llevando muchísimas más vidas cada día que el virus. Extendiéndose con negligencia, desidia e impunidad en las aguas mediterráneas, en las hambrunas crónicas, las mafias y guerras, en violaciones y atentados a pie de página. Hay un estatus, un rango, en la vida y en la muerte. Vidas de diferente valor. ¿Cómo podemos permitir por un solo día que cualquier vida, sea de dónde sea, valga menos que otra? ¿Hasta cuándo?

J.M.J., 6/abril 2020

DÍA 26 DE CONFI(N)AMIENTO

Y empieza a tocar de cerca…

Yaya, cómo me gustaría estar a tu lado ahora, cogerte de la mano. Saber cómo estás. No sé si puedes entender todo lo que está pasando, por qué no venimos a verte. Debemos confiar en las personas que ahora te acompañan y en ti, en tu fortaleza. Esta tarde he empezado a recordar muchos momentos mágicos contigo: cuando hacíamos rosas con pan, tus espaguetis y croquetas buenísimas, el día de San Esteban cuando te cayeron los canalones recién salidos del horno (qué fuerte!). Los días de Reyes en tu casa, tus cuadros, cuando nos hacías cosquillas… pensar en estos momentos, me hace estar cerca de ti, de repente siento tu calor, me siento a tu lado. Aquí estoy, te quiero.

A.S.O., 8/abril/2020

DÍA 27 DE CONFI(N)AMIENTO

Cuestión de piel

Publicar mucho, publicar poco, publicar nada. Leer mucho, leer menos, no leer. Escuchar a los de fuera, escuchar adentro, escuchar el silencio. En este baile me siento estos días. Entrando y saliendo. Permeable a tanto ruido que me necesito proteger más allá de una mascarilla o unos guantes.

Las mujeres somos especialmente permeables a lo externo: a lo que sucede, a lo que nos cuentan, a los juicios, al dolor ajeno, a las manifestaciones culturales… Nuestra piel, en general, es más delgada, más fina y predispuesta a absorber los estímulos externos y convertirlos en propios. Pienso en todas las mujeres que estos días y semanas y meses cuidan, en las mujeres que ya cuidaban antes y cuidan siempre. Deseo que su piel llena de sensibilidad sea fuerte para rechazar lo que las hiere y las abrigue cuando lo necesiten.

Pienso en mi madre, cuidadora siempre. En cómo se sostiene sola. En cómo la añoro a ella, no a la madre que cuida, sino a la mujer que vuelve a tirar para adelante una vez más.

E.A.B., 9/abril 2020

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#Mefaltaespacio!

Siempre he sido muy celoso de mi espacio personal. Disfrutar de aquel refugio físico y de tiempo y refugiarme en él, para dedicarme a mí, al trabajo, a la familia, a la pareja… Ahora este espacio no existe, no hay separaciones, todo está mezclado. La mesa de trabajo se ha transformado en un depositario de colores y dibujos; mi hora de trabajo se ha transformado en el momento de repasar fichas de la escuela; las conversaciones en pareja son cortadas por los pequeños… Menos mal que todavía me puedo confinar en el baño en la intimidad y tengo mi espacio para hacer lo que hacen los reyes, los nobles y el papa, como decía el dicho!

J.E.F., 9/abril 2020


DÍA 28 DE CONFI(N)AMIENTO

#meresbala

Últimamente he entrado en un estado en el que me resbala todo… Bueno todo no, pero las buenas intenciones de los primeros días se han relajado mucho. No somos tantos estrictos con los horarios, con las tareas, con los límites con los niños, con el uso de pantallas… No sé si me estoy engañando pero me digo que estamos de semana santa y tenemos que ir a medio gas.

J.E.F., 10/abril 2020

 

Ves a las páginas de la primera parte del Diario de confi(n)amiento aquí

 


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