A ti que estás leyendo estas líneas, sólo quiero decirte que te abrazo, porque en el fondo eso es lo que nos define y nos une, las ganas de abrazar, de compartir, de viajar y vivir buenos momentos… Y mientras disfrutamos de este abrazo quiero invitarnos a respirarlo a recordar nuestra humanidad y nuestra corresponsabilidad en proteger esta comarca en riesgo de extinción.
Reconozco que me rompe por dentro, que me entristece y me enoja, sentir como pueden jugar con esto tan importante que nos une, cuando nos violan y violentan por dentro y por fuera, rompiendo ecosistemas que son para mí sagrados. Por eso mientras nos abrazamos quiero que reflexionemos sobre nuestro poder y capacidad para gestionar este torrente emocional que va sucediéndose. Que abracemos nuestros sentires para escucharnos de verdad.
Está claro que no podemos confiar en nuestra clase política, el poder pervierte las buenas ideas e intenciones, pero no podemos consentir que nos arrastre a las personas, que nos manipulen ideológicamente para enfrentarnos. Tampoco que nos discriminen por nuestra forma de pensar, sentir o expresar, cuando lo hacemos con respeto. Ni que permitamos que puedan pegarnos con impunidad vulnerando nuestros derechos humanos cuando pacíficamente estamos ejerciendo nuestros derechos.
No sé, ni me importa, cuál es realmente tu posición, porque todavía sigo averiguando la mía. Y creo que así, en esta confusión navegamos todas y todos. Pero por favor, sobre algo no nos podemos dejar confundir ni manipular, hay un voto irrenunciable y sagrado: nuestra libertad de pensamiento, de sentimiento, el respeto a la diferencia de cada ser venga de donde venga y nuestro derecho a ser y compartir.
Llevo toda la vida viajando por los mapas geográficos humanos, porque me encanta descubrir y conocer culturas, paisajes y sobre todo horizontes humanos para enriquecerme de miradas, costumbres, emocionalidades y sentires. Y ninguna frontera geográfica ha sido barrera alguna para sentirme parte de ese universo. A lo largo de mi trayecto he descubierto patrias y hogares por doquier, por momentos incluso me he sentido más de allí que de mi querido lugar de nacimiento.
“Donde todas las manos rieguen y siembren
cada día la semilla de un mundo
donde quepan todos
Por todo ello, olvidémonos por un momento de todo el ruido, respiremos en este abrazo, vengamos de donde vengamos, somos de un mismo lugar al que nos pertenece cuidar y proteger: nuestra comarca humana, frágil y llena de matices y posibilidades, de miedos, incertidumbres, apuestas e ilusiones.
Cuando le damos la espalda, el ruido nos contamina, tendemos al enfrentamiento por atender sólo nuestras razones. Pensar diferente es un conflicto. Y eso nos hace daño a todas y todos. Cuando la abrazamos y nos abrazamos, con una razón más amplia y compartida (co-razón) somos capaces de las mejores maravillas, de llegar a lugares inusitados. La diferencia nos enriquece.
Así que aquí y ahora, te invito a disfrutarnos de la paz y la fuerza, seguro que la debes estar sintiendo, de este abrazo lleno de amor y respeto, de la vibración de nuestros corazones sintonizándose con nuestra mejor versión. Una onda de transmisión tan auténtica y verdadera, que no puede ser manipulada por nada ni nadie.
Quiero vivir en un mundo donde los abrazos nos gobiernen. Donde no haya culpas ni culpables. Donde no sea necesario independizarse de nada, porque todas las manos independientemente de donde vivan, rieguen y siembren cada día la semilla de un mundo donde quepan todos. Dignidad, respeto, libertad, amor, no-violencia, diálogo, conexión, cooperación, solidaridad, realización… Algunas palabras que estarían regando otras: raza, sexo, edad, condición, religión, género, nacionalidad, ideología…
Esta es mi bandera, mi partido, mi SÍ, mi comarca, mi lugar en el mundo, mi patria… Para mí es irrenunciable y nada ni nadie va a detenerme, detenernos, en este camino. Por todo ello disfruto contigo de este abrazo. Porque es en este confiarnos que encuentro mi lugar, el sentido y el propósito, para que junt@s de la mano, vayamos a por más.
Parafraseando a Gioconda Belli, no escogemos donde nacemos y, sin embargo, sí está en nuestras manos ahora hacer el mundo, en que nacerá y crecerá la semilla que decidamos hacer crecer.
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Un artículo de Jordi Muñoz,
coach y recreador personal,
fundador y co-director de El despertador
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Una conversación sobre las emociones con Anna Soriano,
psicóloga y experta en Ecología Emocional,
y Jordi Muñoz, coach y musicoterapeuta (vídeo).
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